Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

martes, 29 de noviembre de 2011

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XXV): THE BEATLES - RUBBER SOUL (1965)




Joie de vivre, dicen los franchutes. Algo de eso me contagió ayer, de la misma manera que lo hizo el gripazo que llevo arrastrando y que quiso hacer su actuación estelar ayer lunes (puñetero como todos, qué duda cabe). Claro que mientras para la gripe intentamos salir adelante con paracetamol y voluntad, esta alegría es el resultado del tratamiento a base de Rubber Soul, cuyo principio activo está compuesto por bellísimas armonías, reanimantes ritmos, brillantes conjunciones de voces, oooohs, lalalas y, en definitiva, uno de los mejores trabajos de estos cuatro doctores de Liverpool.

A estas alturas, ¿qué podríamos decir de los Beatles? pues muy poca cosa, supongo. Si no hubieran existido, alguien habría tenido que inventarlos, eso seguro. De Rubber Soul posiblemente sí podemos decir algo más. Además de iniciar mi época preferida de los Fab Four supone un cambio rompedor en varios aspectos ya no solo en el reconocido hecho de que incluyan por primera vez una canción que no hable de amor, honor que le corresponde a la excelentísima Nowhere Man, sino que el propio tratamiento de este deja de ser tan inocente respecto a trabajos anteriores, bien hablando de leves referencias a un fornicio camuflado en la genial y guitarrera Drive My Car, las infidelidades del quizás no tan "buen chico" John en Norwegian Wood (The Bird Has Flown) o bien con Paul dejando claro que si antes nos habló de amoríos inocentes, también existen los desamores inocentes como nos pueden ocurrir a ti y a mi en esa maravilla llamada You Won't See Me.

Los cambios no solo afectan al apartado lírico (no en vano, estos chicos y cierto trovador de Duluth habían compartido ya charla y narcóticos), sino que la experimentación de Rubber Soul también marca otro punto y aparte. La inclusión de sitar en la citada Norwegian Wood, las sonoridades más propias del country (What Goes On) o de la chanson francesa (Michelle), Macca usando un bajo a tope de distorsión como si fuera un Lemmy limpio y repeinado en Think For Yourself y George Martin, uno de los príncipales artífices del sonido de este album, haciendo sonar un piano como si fuera un clavicordio en la magnífica In My Life a través de los medios más rudimentarios. Por cierto, ya que hablamos de sonido, me llama la atención como un tema lento, incluso algo "moñas" si lo quieren ver así, como Girl suena tan maravillosamente bien a través de sus creadores y tan horripilantemente cursi en la mayoría de versiones que he escuchado. Supongo que será uno de esos milagros con el sello Lennon-McCartney.

Se dice que la influencia de esa genial amalgama de Beatles y Dylan llamada The Byrds fue una de las principales influencias de Rubber Soul. No estoy tan de acuerdo, la verdad. En la historia del rock hemos visto más de un caso donde grupos más pioneros han jugado en la misma liga que sus "descendientes" a veces incluso abriendo un nuevo camino; yo creo más bien que este es uno de esos casos (The Byrds tirarían por otros derroteros mientras que David Crosby en Crosby, Stills & Nash versionaría Norwegian Wood entre otras). Sea como fuere, es indudable la calidad y relevancia de este album que siempre estará entre mis preferidos de estos cuatro mozos.

Ténganlo preparado junto al despertador cuando vayan a iniciar ese funesto lunes, ya verán lo que puede cambiar la cosa.

Para cerrar este artículo, aunque no estaba previsto así (lo juro), resulta que se cumplen 10 años de la muerte de nuestro queridísimo George Harrison. Curiosamente, también tenía una gripe ese día y estaba durmiendo esa mañana con 39 de fiebre cuando mi madre me despertó para darme la noticia. Evidentemente, estaba escrito que tenía que ser un día de mierda. Descansa en paz, George.

Keep on rockin'!

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