Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

miércoles, 9 de noviembre de 2011

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XXII): VANILLA FUDGE - VANILLA FUDGE (1967)



Con lo bien que se portó con nosotros Carmine Appice y la que nos tuvo que aguantar cuando entramos en estado fanático cual si fuéramos Wayne y Garth ante Alice Cooper, que menos que dedicarle unos cuantos posts a su extensa carrera musical, en concreto, claro está, a los discos que tengo tirados por ahí.

Por supuesto, empezamos desde abajo, con el disco que marcó el comienzo de su carrera y la de sus compañeros Vanilla Fudge, un debut con muy buen pie puesto que alcanzó bastante éxito y posiciones elevadas en las listas, siendo todo un referente de la banda. Aún así, no se si ha habido justicia con Vanilla Fudge, pues parecen estar etiquetados como unos simples one-hit wonders o como banda de versiones (algo justificado si hablamos únicamente de este disco y el siguiente) cuando es un grupo que, más allá de sus nombres y apellidos, invito fervientemente a descubrir si no han tenido ustedes la suerte.

Como decíamos, Vanilla Fudge se estrenaron con este album homónimo que presenta una recopilación de versiones en clave psicodélica. Muy, muy psicodélica. Más que una empanada de tripis.

Sirva esta indicación como aviso para navegantes ya que no todos disfrutan de estos delirios musicales empapados en ácido, incluso yo debo admitir que no es un disco que yo elegiría "para todos los días". No se confundan, las interpretaciones son geniales, Tim Bogert hace unas líneas de bajo muy groovies y tiene una voz magnífica (una de las mejores y más poco reconocidas voces del rock), la orgía de Hammond de Mark Stein, santo y seña de la psicodelia, es una maravilla y poco más podemos decir de la habilidad aporreadora de nuestro amigo Carmine. Es más, la selección de versiones es variada y acertada: clásicos de los Beatles como Ticket to Ride y Eleanor Rigby abren y cierran el disco respectivamente (esto de versionar a los Beatles parecía casi obligatoria en la época, tal y como hacían también psicodélicamente Deep Purple en su Mark I, por ejemplo), otros reconocidos éxitos como She's Not There (Zombies), Bang Bang (Nancy Sinatra) y el soul de People Get Ready (Curtis Mayfield) suenan estupendamente tras el filtro de Vanilla Fudge. No obstante, la palma se la lleva el clásico por excelencia tanto del disco como de la banda (y sí, fue interpretada en el concierto al que fuimos): You Keep Me Hangin' On.

Siempre me ha gustado mucho el original de The Supremes, todo un buque insignia de la Motown con cañones y todo, pero esta versión es demasiado especial como para intentar describirla. Mejor que la escuchen o incluso la vean.

Entonces, después de todo esto, ¿cuales pueden ser sus puntos negativos? Pues para empezar, la decisión de tocar los temas a la mitad del tempo original pasa factura en ocasiones, aunque por lo general es aceptable. Los interludios entre algunos temas con el título de Illusions From My Childhood (llamados, sin sorpresa alguna, STRA-WBER-RRYF-IELDS) también pueden resultar pesados en ocasiones. A pesar de ello, como he dicho, es un disco que cuando encuentra su momento, acierta. Diganme ustedes si no lo flipan cuando suena Bang Bang en una escena de la excelente Zodiac de David Fincher.

Lo dicho, quizás no apto para ir en el coche a trabajar pero, por ejemplo, en esta gris sobremesa mientras escribo esto ahora mismo, les aseguro que funciona estupendamente. No me extrañaría en absoluto que saliera de entre las nubes un arcoiris de ocho colores.

(LINK - VANILLA FUDGE)

Keep on rockin'!

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