Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

martes, 27 de noviembre de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (LXXXIX): THE BEATLES - THE BEATLES (1968) (I)



Debería estar hablando del gran concierto que dieron Electric Mary aquí el pasado sábado pero por culpa de su gran interpretación de Helter Skelter casi que me veo obligando a volver a sacar a los de Liverpool a la palestra y en esta ocasión con uno de mis álbumes preferidos. Y, créanme, hablando de los Beatles para mí es decir mucho.

Pocos discos en general y de los Beatles en particular son tan inclasificables como este, publicado originalmente con nombre homónimo pero conocido por todos como el Álbum Blanco (White Album) y, una vez más, manifiesto de la genialidad de los Fab Four. No digo esto a la ligera, al talento, habilidad y genio de los británicos por todos conocido hay que sumar la de disputas internas, movidas varias, experimentos y multitud de idas de olla de los implicados, que fueron más de cuatro; mas podríamos decir que bien está lo que bien acaba pues pese a ser un disco cuya apariencia sea la de estar hecha a base de retazos cogiendo de aquí y allá su solidez se asienta en una colección de canciones cojonudísimas y capaces de hacer al oyente más pasajero peregrinar a Liverpool de rodillas. Vale que aquí cuando hablamos de los Beatles no nos andamos con medias tintas y que soy un fiel en la fe Beatliana sin redención alguna pero es que este trabajo, a falta de una definición tan innecesaria como inexplicable es muy, muy grande. Mientras escribo estas líneas, como es costumbre, lo estoy escuchando de fondo y, maldita sea, me sigue sorprendiendo y volviendo del revés, y os aseguro que ya lo he escuchado unas cuantas veces.

En esta amalgama de todo lo que los Beatles son y representan, empezamos con un revés a Chuck Berry con Back In The USSR que igualmente haría las delicias de tan gran padrino rockero. Dear Prudence, a continuación, es un bellísimo tema con unas armonías preciosas, nada nuevo bajo el sol en estos casos pero es una absoluta maravilla.  Tras la cachonda y autoreferencial Glass Onion viene la famosísima Ob-la-di Ob-la-da, tema que particularmente detesto un poco, el exceso de indulgencia por parte de los Beatles con este tema (un intento de reggae, decían) y discutibles (amén de horteras) versiones posteriores de este tema han hecho que le coja cierta tirria. No digo que sea un mal tema pero desde luego no es mi tema.

Tras una de tantas bizarradas, Wild Honey Pie, viene la divertida The Continuing Story of Bungalow Bill, otro tema cachondo en cuanto a letra e incluso música, con una progresión de acordes muy interesante; un tema que sin duda disfruto mucho. Mas llega la hora de ponerse en pie: suena While My Guitar Gently Weeps, el puñetazo de Harrison sobre la mesa de Lennon y McCartney con la superlativa presencia invitada  del mismísimo Eric Clapton con un solo que pone los vellos de punta, algo tremendo. Pero el disco sigue y si bien la calidad es la constante también lo son los cambios de registros, como si fueran cambios de humor de una estrella del rock engreída, y precisamente para cambios tenemos toda una rapsodia a lo Beatle como es Happiness Is A Warm Gun, otro tema cojonudo con unas secciones casi hard rockeras que encuentro dignas de quitarse el sombrero.

Así, entre solemnidad y diversión, llegamos a Martha, My Dear a ritmo de music hall. Tampoco es de mis preferidas del álbum, es lo que tiene tanto experimento disparando sin apuntar, a unos les acertará y a otros no, pero sigue siendo un tema digno de sus firmantes, no obstante. Prefiero quedarme con esa pequeña joya que es I'm So Tired, con el mismo ritmo quejumbroso de la historia de Lennon y su insomnio convertidos en genialidad. Paul también tiene algo que decir, claro, y vuelve con su folk para cantarnos la entrañable Blackbird.

Piggies es otro asalto de Harrison pero distinto de lo habitual, cantada a coro y a ritmo de clavicordio, que termine de forma abrupta para dar lugar a Rocky Raccoon, otro tema de carácter paródico y con cierto tono folkie. Tampoco Ringo se queda fuera a la hora de firmar, con una simpática Don't Pass Me By que versionarían brillantemente los Georgia Satellites años más tarde. Y empezando la recta final un simplón pero divertido blues de 12 compases llamado Why Don't We Do It In The Road? y seguido por un excelente I Will que me recuerda a los temas del With The Beatles y un homenaje en forma de balada a la madre de Lennon, Julia.

Un magnífico disco como hemos visto lleno de grandes composiciones, improvisación e ironía a partes iguales que de tan épico vamos a tener que separar en dos artículos para seguir hablando de su segunda parte, pues en su totalidad hacen ni más ni menos que treinta temas!

Keep on rockin'!

THE BEATLES - THE BEATLES (Part I)

1."Back in the U.S.S.R."  

2."Dear Prudence"  

3."Glass Onion"  

4."Ob-La-Di, Ob-La-Da"  

5."Wild Honey Pie"  

6."The Continuing Story of Bungalow Bill"  

7."While My Guitar Gently Weeps

8."Happiness Is a Warm Gun"  


1."Martha My Dear"  

2."I'm So Tired"  

3."Blackbird"  

4."Piggies(Harrison)

5."Rocky Raccoon"  

6."Don't Pass Me By

7."Why Don't We Do It in the Road?"  

8."I Will"  

9."Julia"






1 comentario:

  1. Poco más que añadir, mi disco favorito de The Beatles en dura pugna con Revolver.

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