Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

lunes, 19 de noviembre de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (LXXXVI): CREAM - FRESH CREAM (1966)



Por mi edad, el primer Clapton que conocí fue el de un sobrio pero más que digno disco en acústico cuya portada nos mostraba a todo un señor sentado con una guitarra acústica y lo cierto es que me gustó aquel disco. Más tarde descubrí que ese señor tenía un pasado bastante curioso y llegó a convertirse en uno de mis héroes. Pero todavía no había escuchado a Cream. Cuando descubrí que aquel honorable señor había sido un salvaje psicodélico cuyo apodo de Slowhand tardaría por llegar y con motivo y que tocaba con dos fieras pardas como eran los titanes Ginger Baker y Jack Bruce en este super trio fue una de esas experiencias imposible de olvidar. Nunca en mi vida había escuchado algo como Cream y sigue sin haber quien le pueda hacer sombra y así, al cumplir los 14 años ya era yo un claptonmaníaco sin reservas, había pasado de ser un héroe a ser un dios, tal y como afirmaba la chavalería de la época dejándolo escrito sobre las paredes londinenses.

Y quería empezar la semana acordándome de este simpar grupazo cuyo primer disco tenía en cassette que me grabó un tío mío también fan de Eric y sus circunstancias y más recientemente he recuperado en CD. El debut de este maravilloso trío que, si bien no traía aquellas Sunshine Of Your Love y White Room que me volvían loco (en más de un sentido, sin los discos a mano y, por supuesto, sin internet, la única manera de escuchar esos temas e intentar sacarlos con la guitarra era poniendo el vídeo The Cream of Eric Clapton y rebobinando y pasando varias veces. Con el coñazo añadido de que la guitarra era española. Un numerito.) fue un disco que no solo no defraudaba en absoluto sino del que aprendí muchas cosas pues cumplía con una gran labor didáctica en su uso de clásicos blueseros a la vez que uno se lo pasaba estupendamente con esas demenciales jams, la elegancia y la clase de Jack Bruce, el salvajismo de Ginger Baker y mi superhéroe Clapton (con capa y colores chillones incluídos) demostrándome por qué a él le llamaban dios y yo sigo siendo un humilde mortal que, encima, dejaba un charco de babas al escucharlo.

Como es lunes, si un disco empieza bien es muy probable de que, por lo menos, la semana pueda empezar con buen pie y vaya si cumplen al respecto, con un maravilloso y soberbio I Feel Free cuya simpática y groovie introducción da paso a un sencillo pero efectivo trallazo rockero coronado con el primer magnífico solo de Eric. N.S.U. es otro tema de quitarse el sombrero y prueba de que este trío también funciona perfectamente en el apartado vocal. Es otra descarga rockera de alto nivel que precede a un blues más convencional y exquisitamente británico como Sleepy Time Time. Los más puristas lo llamarían blues de ojos azules pero creo que el testigo estaba en buenas manos, como se verá.

Una breve y barroca Dreaming, muestra de la excelente conjunción de voces que decíamos antes y muy divertido, da lugar a Sweet Wine, otro tema auténticamente Cream, es decir, son los años sesenta británicos sin duda pero de ahí al rock duro e incluso el metal cada vez menos faltaba ya. Con esto dicho, pasamos a aquello que no podía faltar en el primer disco de un grupo de grandes talentos con unas raíces muy claras y afición a la improvisación; hablamos, cómo no, de versiones de grandes del blues y ya la primera es toda una bofetada, con el Spoonful de Willie Dixon en bandeja para que estos tres hagan y deshagan a su antojo. El espíritu de la jam no se puede parar y así Baker adapta un tema tradicional, Cat's Squirrel, para que se queden a gusto.

Clapton vuelve a reivindicar a los suyos y haciendo valer su voz y voto incluye el indispensable homenaje a Robert Johnson en forma de Four Until Late una vez más de sobresaliente factura. Quien sabe si seguirá el bueno de Robert litigando por su alma con Satanás pero desde luego puede sonreír complacido. Tampoco puede faltar una muestra de respeto hacia Muddy Waters y Skip James, con sendos alzamientos de sombrero como son la clásica Rollin' and Tumblin', otra vez más cocida en el infierno de la jam, y una más que simpática I'm So Glad, con otro regalo en forma de melodías y armonías vocales.

Para finalizar, un tema de cosecha propia, la instrumental y salvaje Toad. Rock duro del bueno que, por cierto, celebré y casi festejé oír años más tarde en esa obra maestra del séptimo arte que es Uno de los nuestros, de Martin Scorsese. ¡Si ya la película era genial encima sumémosle la presencia de Cream!

Salvo las obligadas menciones, no me he detenido a admirar la ejecución de los temas y mucho menos la técnica de nuestros protagonistas porque todo lo que se puede decir son clichés y probablemente ni hagan justicia. Para ello hay que escucharlo y comprobar que lo de estos tíos no es de este planeta, y todo esto teniendo en cuenta que esto era la primera sangre, pues la carrera de Cream aunque breve ya tiene mucho que decir, quizás incluso más que otras mucho más extensas. Podemos afirmar, por lo tanto, Cream are gods.

Keep on rockin'!

CREAM - FRESH CREAM 







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