Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

martes, 25 de octubre de 2011

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XX): AC/DC - LET THERE BE ROCK (1977)




Hoy me he propuesto hablar de esta delicia sonora por dos razones: una porque ya tocaba hablar de AC/DC, pues aunque la lista de espera es, además de caótica, enorme, uno ha de amar a AC/DC sobre todas las cosas. Mandamiento que sus fieles acólitos defendemos después de que Bon Scott vestido de sacerdote predicara aquello de "Que se haga el Rock", amén de demás versos y versículos, textos y "textículos".

Por lo tanto, esta declaración de principios de tan bíblico nombre constituye uno de los mejores evangelios del Antiguo Testamento de AC/DC, aquel que nos habla de un dragón de lengua plateada de la Babilonia escocesa-australiana llamado Bon Scott, aquel que no erró en ninguno de sus discos y que los dotó de gran calidad, de la mano de sus apóstoles, que incluían a una presencia oscura ataviada como un infante, de divinidad tan grande como la de Scott llamado Angus Young, que predicaba con una Gibson SG y su insigne hermano y maestro riffista Malcolm.

Y en verdad os digo, hermanos, que no hay mayor gloria que la de un buen disco de esta banda de las antídodas. Y como los dioses del Rock vieron que eran buenos, no fueron pocos.

Let There Be Rock es un compendio de himnos de tres acordes, macarreo ingenioso y mucho, mucho rock'n'roll. Ante la presencia de los clásicos eternos Whole Lotta Rosie (parábola de cuanto aconteció a nuestro bienamado Bon tentado por una voluminosa mujer de apetito sexual comparable con su corpulencia), Hell Ain't a Bad Place To Be (...y de la frente de Angus surgieron unos cuernos, hermanos!) y la propia Let There Be Rock; añadimos otro elenco de clásicos, no tanto de cara a la galería pero sí para el que profesa la fe: hablo de Dog Eat Dog, Bad Boy Boogie, Problem Child...en resúmen, como tanto le gusta decir a Malcolm Young y a servidor añadir como coletilla: "a los chavales les encanta".

Discazo ejemplar de unos años magníficos para la banda y que parecen escritos para ser disfrutados en directo (vaya que sí!). Por supuesto, cualquier momento es bueno para casa.

Y a todo esto...¿la segunda razón? Pues que desgraciadamente, el título de "Discos que tengo tirados por ahí" es más cierto que nunca en esta ocasión y no lo encuentro por más que pongo patas abajo la leonera de mi sancta sanctorum personal donde guardo (como buenamente puedo) mis discos. Oremos a Bon para que me perdone la herejía.

Y, en esta ocasión, latigazos para Spotify por blasfemo y no incluir a AC/DC en su catálogo.

Keep on rockin', hermanos!

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