Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

sábado, 15 de octubre de 2011

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XVII): BLACK SABBATH - SABBATH BLOODY SABBATH (1973)




Otra indipensable banda, tanto para el rock en su totalidad como para quien esto escribe, surgida del corazón de las Midlands, más concretamente de la industrial y rockera Birmimgham. Ríos de tinta y pixels podríamos escribir sobre los Sabbath y sus distintas etapas pero yo opino firmemente que si bien toda su trayectoria, cambios de formación incluidos, está marcada por una multitud de aciertos y escasez de errores, su formación más auténtica es la original: Ozzy Osbourne, Tony Iommi, Bill Ward y Geezer Butler. No vayamos a empezar con las rivalidades absurdas de siempre y demás chorradas, los Black Sabbath que se hicieron un nombre como tal fueron estos cuatro tíos, a años luz de los experimentos televisivos y chorradas de toda índole de su peculiar cantante.

Con innovaciones sonoras que irían in crescendo impulsadas por Tony Iommi y tras concebirlo en un tenebroso castillo inglés, salió a la luz el quinto trabajo de nuestros cuatro brummies. Un disco que, partiendo del sonido Sabbath que ya popularizaran en sus trabajos anteriores, con sus riffs oscuros, pesados y contundentes puramente sabbathianos en A National Acrobat (que narra la curiosa historia de la fortuna que tiene un espermatozoide frente a sus millones de compañeros que se quedan en el camino), Killing Yourself to Live (historia de Geezer sobre sus vicisitudes alcohólicas y narcóticas que, no obstante, fue motivo de inspiración para este disco), el experimento con sintetizadores de Who Are You?, la marchosa Looking For Today (con gran trabajo de Ozzy y que me recuerda a lo que serían unos Beatles oscuros y de Birmingham) y la magistral y solemne Sabbath Bloody Sabbath que bautiza el album.

La dirección musical del disco a cargo de Tony Iommi es simplemente magnífica. Considerado desde siempre como el talento del grupo, aquí no solo saca un muestrario de riffs y solos con multitud de recursos sino que se desmarca con unas composiciones dignas de admiración: la tranquila y simpática instrumental Fluff, el salvaje rock duro y bluesero de Sabbra Cadabra (con Rick Wakeman invitado!) y el barroquismo de Spiral Architect. Por supuesto, sin desmerecer nunca la labor de unos Geezer, Bill y Ozzy sobresalientes en todo momento.

Quizás el mejor disco en términos de equilibrio entre sonido y canciones de calidad de la formación clásica (antes de que un factor siguiera aumentando en detrimento del otro en el futuro) y favorito de muchos (entre los que me incluyo), pues ha sido ampliamente versionado por grandes que admiten haber crecido con este disco. Como siempre, mi consejo es que sigan el mismo camino y recojan su pasaporte a las tinieblas aquí mismo.

Keep on rockin'!

PD: Ah! y se me olvidaba mencionar la cojonudísima portada realizada por el grandísimo Drew Struzan!

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