Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

lunes, 8 de agosto de 2011

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (IV): VAN HALEN - VAN HALEN (1978)



Trabajar en agosto debe ser y es agotador amén de un coñazo sin parangón. Claro que, cuando uno vive en una montaña rusa laboral, el curro se convierte en una dulce bendición que más de uno bien la quisiera. Así que para cargarnos de buen rollo y alimentar el optimismo, uno de los mejores discos que uno puede llevarse a las orejas es la homónima opera prima de esta banda californiana con raíces holandesas.

Esta primera estocada de los Van Halen arranca disparando con bala, pues es un disco enérgico, salvaje y cachondo. En todo momento da la impresión de estar viendo a un grupo que, sabedores de su gran talento técnico como compositivo, se lo están pasando bien por encima de todo. Claro está, lejos quedarían las disputas internas marcadas por los egos, cabezonerías y nepotismo que han provocado que Van Halen sea hoy en día una cosa bastante distinta (o eso me parece a mí, todavía no he tenido la suerte de verlos en directo). Sea como fuere, el estado de forma del grupo y la selección de temas de este primer disco es de gran categoría.

Como decíamos, arranca con temas que son ya clásicos de la banda, el magnífico Runnin' With The Devil y su grandioso riff, el magistral solo Eruption, que sigue haciendo bajar la cabeza a todo aspirante a rascacuerdas; el tributo a los Kinks con You Really Got Me, los soberbios arpegios de Ain't Talkin' Bout Love, el cachondo y divertidísimo I'm The One...hasta aquí, dinamita pura.

Un respiro levemente popero llamado Jamie's Cryin' da paso a las locuras experimentales de Eddie Van Halen en Atomic Punk (con un Dave Lee Roth firmando con ese gorgorito suyo tan peculiar); así, tras la excelente (y poco valorada, en mi opinión) Feel Your Love Tonight y la pesada Little Dreamer, EVH vuelve a sumergirse en una orgía de tappings en otra gran rendición rockera: Ice Cream Man.

Cierra el album el tema cuyo título bien podría describir el estado del grupo a lo largo de esta grabación: On Fire.

Volviendo a la banda: no quiero adular gratuitamente ni subestimar a alguien como Mike Anthony, pero el bajista está más que correcto en el disco y, desde luego y digan lo que digan, es el bajista de Van Halen, por mucho que Eddie se empeñe en meter a la prole con calzador (y nada más que por ese bajo de Jack Daniel's merece su puesto vitalicio en el grupo); Alex Van Halen demuestra que es uno de los mejores baterías del mundo (y vaya platos que tiene!!) y una influencia que está más presente de lo que piensan muchos (escuchen al gran Vinnie Paul y me cuentan), David Lee Roth es soberbio, uno de los mejores frontmen del rock exprimiéndose en un disco hecho a medida de él, grititos "marca de la casa" incluídos. Por último, poco que añadir de Eddie Van Halen. Nunca he sido parcial en estas reseñas ni lo pienso ser y me confieso fiel devoto y seguidor de San Edward Lodewijk pero pocas veces he visto un guitarrista dando unas lecciones de guitarreo tan salvajes y divertidas, con unos solos y riffs que siempre llevaré tatuados en el cortex cerebral.

Así pues, para evitar acabar un lunes como este quemado y seguir on fire (y corriendo con el diablo), los Van Halen siempre tendrán un hueco de honor en mi colección aunque solo sea por obras como esta.

Keep on rockin'!




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