Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

jueves, 22 de marzo de 2012

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (XLIV): IRON MAIDEN - THE NUMBER OF THE BEAST (1982)




30 años se cumplen de esta auténtica obra maestra del metal y a mi me viene perfecto por dos motivos: volver al blog tras un período de inactividad forzosa y poder hablar de los Irons en esta sección.

A día de hoy encuentro complicaciones para hablar de los Maiden pues, qué duda cabe, se trata de uno de los mejores grupos de la historia en general y del Heavy Metal en particular. Es innegable que la mayoría, por no decir todos los grupos posteriores a su aparición tienen una deuda impagable con ellos pero precisamente ahí radica el problema, cuando pasan de ser influencias a influenciados entrando en una cada vez más alargada etapa de hastío musical, producciones irregulares, formación con tres guitarras fantasmas y, resumiendo, nada mínimamente interesante por parte de una banda tan grande para alguien como yo. Todo este deterioro del grupo no deja de alimentarse de parte de un gran público y cierto sector de la crítica que parecen estar esperando a que Steve Harris grabe un disco de ventosidades sobaqueras al que calificar como la mayor obra maestra del milenio.

Afortunadamente, la situación en 1982 era bien distinta, estrenando a un jovenzuelo Bruce Dickinson iniciando así la formación más clásica del grupo (qué grandes Dave Murray y Adrian Smith!) y entrando por la puerta grande y a hombros, con un cambio de actitud acompañado de un sonido más pulido (obra y gracia de un grande como es Rod Smallwood) y unas composiciones más elaboradas para dar forma a un vademécum del Heavy Metal. Por ello, pese a su satánico nombre (o más apropiadamente gracias a él) The Number of the Beast podría ser el Evangelio según Iron Maiden de la biblia del Metal.

Comienza el disco Invaders, una salida en falso para quien esto escribe pues si bien el tema no es ninguna abominación, no ha envejecido del todo bien para mis oidos. Me explico, es un tema divertido y tampoco desmerece pero resulta extremadamente simplón y algo estúpido. Bien distinto es Children of the Damned, tema convencional a la par que grandísimo clásico, con esas estrofas arpegiadas y su enérgico estribillo, amén de su temática fantástica, aspecto que algunos grupos llevan mejor que otros y que siempre me ha gustado en las letras de los Irons.

De esta referencia al clásico del terror británico (por cierto, muy grande), pasamos a la ciencia ficción también británica e igualmente mítica de The Prisoner (otro punto para ti, Steve), para deleite de Dickinson, que ya empieza a sacarle los colores a más de un vocalista. Otro tema que va acelerando progresivamente y con un estribillo grandioso.

Volvemos por un momento a los tiempos más macarras del grupo y a la peculiar mitología de Charlotte la fulana en 22 Acacia Avenue con su ritmo duro, contundente y entrecortado y una sección intermedia llena de rabia metalera. A continuación, un pasaje del Apocalipsis nos adentra en el título que da nombre al disco, otro santo y seña de los británicos: The Number of the Beast y su inconfundible riff más unos soberbios solos por parte de la dupla Murray/Smith. Por cierto, yo siempre he sido más de Adrian y este disco no es ninguna excepción, ¡vaya solos más auténticos hacía este hombre!

Run to The Hills...si, es un temazo y a todos nos mola. Tanto que parece ser el preferido de los bares y garitos de metaleo así que, si estás leyendo esto, puede ser que hayas tenido ración de Run to The Hills para toda tu vida, ¿verdad? Pues sigamos...

Gangland vuelve al macarrismo con una historia de gangsters y la ley seca. Es comprensible que haya quedado escondido entre tanto clásico y quizás por ser más sobrio que el resto pero eso no quita que sea una pequeña joya oculta de gran valor y con un gran trabajo de Clive Burr a las baquetas. Claro que, inmediatamente dejamos esta de lado para maravillarnos ante la épica y magnífica Hallowed Be Thy Name. 7 minutos y 11 segundos donde ni falta ni sobra nada, uno de los mejores ejemplos de Iron Maiden en estado puro: dobletes, solos, gorgoritos de Dickinson, el galopante bajo de Harris. La pieza ideal para cerrar tan magna obra.

30 años por lo tanto de un disco que a buen seguro nos enseñó a muchos de generaciones distintas una forma de ver y entender el Heavy Metal, tanto que me atrevería a decir que, bien por nostalgia o mero fanatismo, cada uno tenga a "sus Maiden" de una manera u otra grabados a fuego, cosa que no pueden decir todos los grupos. Desde luego, por obras como The Number of The Beast, se lo han ganado.

Ah! y en caso de que no lo hayan visto, échenle un vistazo al documental que hicieron de este disco en la sobresaliente serie Classic Albums. Mientras tanto, hoy celebraremos (y berrearemos) el aniversario de la bestia. Felicidades, Irons!

Keep on rockin'!

IRON MAIDEN - THE NUMBER OF THE BEAST

1. "Invaders"
2. "Children of the Damned"
3. "The Prisoner"
4. "22 Acacia Avenue"
5. "The Number of the Beast"
6. "Run to the Hills"
7. "Gangland"
8. "Hallowed Be Thy Name"

Bruce Dickinson – lead vocals
Dave Murray – guitar
Adrian Smith – guitar, backing vocals
Steve Harris – bass, backing vocals
Clive Burr – drums, percussion

4 comentarios:

  1. Esto es un retorno a lo grande Lolo, pedazo disco de una banda bastión de un sonido y de un movimiento. Yo crecí con estos tios, con este disco, el powerslave y ese maravilloso live after death, que puedo decir, mas que jamas nos falten los maiden

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  2. Mil gracias Gran Maestre Motelero! Mis primeros Maiden fueron los de Piece of Mind, un año después (muchos años después para mi) y le tengo un cariño especial...casi el mismo que les tengo a todos desde el primero hasta Seventh Son inclusive!

    Lo malo, como comentaba, es que he acabado desarrollando una relación amor-odio con ellos por culpa de sus últimos discos, sus "talifans" y tener que tocar un exceso de canciones suyas en un grupo.

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  3. durante gran parte de los 80 y 90 odie a esta banda... tengo un colega que no paro de darme la brasa con ellos. pero vaya, un dia decidi darles una oportunidad, precisamente con este disco (recuerdo perfectamente el dia que se lo regalaron al colega por su cumple y lo que odie en su momento a steve harris, dickinson y su puta madre), y macho, desde entonces es uno de los fijos en mi coleccion de cd's para el coche.

    pd. blog molon

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  4. Gracias Dregenwar! Ponte cómodo!

    Yo reconozco que mi fanatismo hacia los Maiden ha disminuido en gran medida por su corriente de fanáticos, que puede que sean los más pesaos y "jartibles" del planeta. Algunos de los que he conocido, de hecho, no escuchan otra cosa, lo juro.

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