Solo los dioses saben qué ocurre con la carrera de Blue Öyster Cult, una banda que se ha llevado de gira a miles de otros grupos que han terminado pasándoles por la izquierda, incluyendo una gira codo con codo con Black Sabbath y que parece relegada a ser una banda de culto, nunca mejor dicho, para unos fervorosos fieles que no cejan de reivindicarla con motivos más que sobrados, pues más allá del masivo éxito de la maravillosa (Don't Fear) The Reaper estos individuos tienen a sus espaldas un buen número de colaboraciones con Michael Moorcock, uno de mis escritores preferidos de ciencia ficción y fantasía y miembro de los progresivos Hawkwind, fuente de inspiración para el guionista David A. Kraft y su estupendo trabajo para la Marvel así como para la recomendabílísima serie Supernatural y aquel célebre sketch de SNL. Quizás será que un servidor tiene estas cosas de frikazo y por eso les tiene en tan alta estima pero no deja de sorprenderme que ante esta intertextualidad no sean más célebres, y eso que no hemos mencionado sus muchos y notorios méritos musicales...
De eso mismo vamos a hablar ahora, pues hoy recuperamos su séptimo trabajo, con el que inaugurarían nueva década y pasan a ser cada vez más inclasificables, habiéndose quitado progresivamente aquella etiqueta de "los Black Sabbath americanos" que se les quedaba muy, muy corta. Digo que es un trabajo bastante inclasificable porque si bien mantienen los parámetros de hard rock e incluso metal que nunca han abandonado sí se hace más presente una mayor experimentación sonora, quizás debido en parte a la producción del afamado Martin Birch, que lo distingue respecto a sus anteriores trabajos.
Lo primero que nos encontramos va a ser todo un caramelo para los fans de la fantasía entre los que me incluyo, tras esa gran portada tan ilustrativa y que luego serviría como imagen de un videojuego de Psygnosis (que vaya carátulas se gastaban!) empieza a sonar Black Blade, con temática basada en las historias de Moorcock (quien colabora en la escritura de la canción también, y no sería la primera vez) sobre su personaje Elric de Melniboné y su maldición en forma de espada negra Stormbringer, siempre hambrienta de almas. La propia atmósfera etérea que acompañan a los riffs de la banda refuerza este ambiente donde rock duro y fantasía literaria se dan la mano.
Precisamente más fusiones nos vamos a encontrar, en este caso de riffs rabiosos y rápidos con pasajes de swing marchoso en Monsters con gran resultado y que cambia a sonidos más sofisticados y cercanos al medio tiempo con Divine Wind que tampoco será el último cambio de tercio, pues Deadline muestra la vertiente más ligera de la banda y si me apuran podría decir que algo adelantada a su tiempo.
Ahora bien, si hay uno de esos temas que hagan sombra sobre los demás es la mastodóntica, sublime y jodidamente genial The Marshall Plan. Vaya un cañonazo rockero dispuesto a demostrar que Blue Öyster Cult no merecen ninguneo alguno sino su cómodo puesto en el olimpo de las grandes bandas, pues este tema lo tiene todo, la voz de Bloom, el estilo guitarrero de Buck Dharma...añádanle un break para coger carrerilla, previo "tip of the hat" hacia el Smoke On The Water incluído y una energía inconmesurable que hacen de este tema una experiencia única, auténtico punto álgido en este trabajo.
Ante este precedente bien difícil podría estar el panorama pero nada más lejos de la realidad, una estupenda Hungry Boys precede a la que para mi es una de esas joyas ocultas no solo de este disco sino de la carrera de BÖC, un tema con unas melodías y armonías que me encantan y que me recuerdan en cierto modo a Cheap Trick, me refiero a Fallen Angel, un tema que me negaré a considerar menor únicamente por lo bien que suena. Lips In The Hills es el regreso a los sonidos duros y contundentes con un riff-martillazo, con la banda aumentando las revoluciones y por lo tanto cumpliendo y con nota. Lástima que ese final más relajado de Unknown Tongue que sin ser un mal tema en absoluto me deja con ganas de más, habida cuenta de lo que nos hemos encontrado a lo largo de este viaje sonoro.
Como decía, quizás el que vea a esta banda prodigarse tan poco es cosa mía porque también tengo constancia de que allá donde van triunfan pero también les digo que es una banda que además de ser una preferencia personal no es que me deje con sabor a poco sino siempre con ganas de más.
Keep on rockin'!
- "Black Blade"
- "Monsters"
- "Divine Wind"
- "Deadline"
- "The Marshall Plan"
- "Hungry Boys"
- "Fallen Angel"
- "Lips in the Hills"
- "Unknown Tongue"
- Eric Bloom - guitar, keyboards, lead vocals on tracks 1, 2, 3, 5, 8, 9
- Donald "Buck Dharma" Roeser - lead guitar, bass, keyboards, lead vocals on track 4
- Allen Lanier - keyboards, guitar
- Joe Bouchard - bass, lead vocals on track 7
- Albert Bouchard - drums, lead vocals on track 6
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