Atronadores decibelios, chirriantes alaridos, infernales riffs, coplas infractoras de varias leyes...en definitiva, buena música.

jueves, 1 de agosto de 2013

DISCOS QUE TENGO TIRADOS POR AHÍ (CXXXI): LED ZEPPELIN - IV (1971)



Lo más normal es que un artículo sobre el cuarto álbum de Led Zeppelin se escriba solo, empezando a loar y alabar virtudes hasta llegar a la conclusión de que es un "clasicazo imperecedero". Y tampoco estaría equivocado, por otra parte, pero si yo tengo que hablar de este disco siempre será por el grandísimo cariño que le tengo desde que me lo compré en Andorra, aprovechando una excursión escolar, cuando yo tenía 13 años. Yo ya era fan de los Zeppelin así que los culpables fueron, cómo no, Stairway to Heaven (y un puñado de temas más, claro) y los asequibles precios que suelen poner nuestros vecinos de los Pirineos. Desde entonces este disco me ha acompañado toda la vida convirtiéndose para mi en una especie de referente, algo casi totémico. En resumen, si me puedo aplicar aquello que cantaban The Hi-Risers de I'm In Love With My Record Collection, este disco es una de mis niñas preferidas y llevo marcados los cuatro símbolos que funcionan a modo de título desde que cayó en mis manos, de hecho, tanto es así que uno de ellos lo tengo literalmente marcado sobre mi hombro.

Y si hay nostalgia ñoña y chapucera como la que acabáis de leer, es porque el disco lo merece, dicho de la manera más objetivamente posible aunque no haga falta. Ya en la autobiografía de Ozzy contaba el de Birmingham que cuando descubrieron a Led Zeppelin supieron donde estaba el listón, pues más jodido tenía que ser ver como iban subiendo este una y otra vez. Es decir, ¿cómo se queda uno después de escuchar por primera vez Stairway To Heaven? Pero este disco no es solo Stairway y algunas canciones más a modo de comparsa; si Jimi Page siempre demostró ser todo un culo inquieto a la hora de grabar y producir, aquí se centra en la composición y ejecución de unos temas estupendos, sin tener que dejar de lado un sonido decente. Así se explica uno ese monumental opener que es Black Dog, toda un bofetada de blues hard-rockero que bien podría haber encajado en su segundo disco mientras que la siguiente, Rock And Roll pues es, simplemente, Rock And Roll. Eso sí, según el evangelio de Led Zeppelin y encima con invitado estelar a las teclas, el gran Ian Stewart. Así mismo, igual que recuperan el rock crudo, también traen de vuelta su vertiente más folkie, con una estupenda Battle of Evermore que además cuenta con otra estrella invitada: Sandy Danny (Fairport Convention).

Ya después del Stairway, John Paul Jones se vuelve loco y funkilón con sus teclados y sintetizadores para darle caña al simpático y tolkieniano Misty Mountain Hop, dando paso al salvajismo de Bonzo y su contundente y pesado ritmo a cuatro baquetas de Four Sticks (llamada así por eso mismo). Y para terminar, habiendo demostrado como hacer un buen disco con todo aquello que se les da bien, ponemos el fin con otra de esas versiones de sus blues preferidos, en este caso un When The Levee Breaks de la señora Memphis Minnie al que le dan una curiosa y psicodélica vuelta de tuerca que le sienta maravillosamente bien.

Más de cuarenta años tiene ya este disco, sobreviviendo a intentos de censura y diversos ataques hacia la banda y su supuesto simbolismo satánico. Por ello, cierro este particular homenaje con las palabras que les dedicó Jack Black: "Dicen que Led Zeppelin vendieron su alma a Satán...venga chicos, sabéis que es verdad, no hay otra manera de explicar vuestro inconmensurable (la palabra original es ungodly) talento". Y es que, ¿qué culpa tendrán los chavales de ser los más grandes?

Keep on rockin'!

LED ZEPPELIN - IV

1."Black Dog"  

2."Rock and Roll"  

3."The Battle of Evermore"  

4."Stairway to Heaven"  

5."Misty Mountain Hop"  

6."Four Sticks"  

7."Going to California"  

8."When the Levee Breaks"  

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